Actualmente vive en Córdoba donde se casó y formo una familia que siempre ha sido el motor de su proyecto empresarial, porque tal y como ella describe en multitud de ocasiones, sin ellos nada de esto hubiese sido posible.
Ese carácter familiar y alegre se refleja en el nombre de la firma, sin duda el mayor encanto de Dímelo Hilando, homenaje a su abuela materna. Su abuela Mariluz le enseñó a disfrutar de las pequeñas cosas, a no pensar y a ponerse en marcha, a querer querer y a dar valor a lo importante. En sus veranos en Toro, Zamora, y entre charla y charla con ella, siempre atenta y con alguna faena entre manos, con paciencia y cariño, le decía "no pares, sigue contándome, pero Dímelo Hilando".
Fue en 2018 cuando decide dar el salto y aparcar su profesión de enfermera para dedicarse de lleno a su proyecto empresarial. Las colecciones más maduras comienzan a cobrar cada vez más fuerza, así como su presencia en ferias de moda internacionales donde presenta la firma y comienza a expandirse en el canal multimarca además de su tienda de Córdoba, donde tienen especial protagonismo sus colecciones de Primera Comunión, referente actual a nivel internacional.